Eclesiastés 1

Todo es vanidad 1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 2 ¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad! —Palabras del Predicador. 3 ¿Qué provecho saca…

Eclesiastés 2

1 Pensé entonces en lo íntimo de mi ser: «¡Anda, que voy a probar lo que es la alegría! ¡Voy a disfrutar de lo bueno!» ¡Pero resultó que también esto…

Eclesiastés 3

Todo tiene su tiempo 1 Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el cielo para toda actividad: 2 El momento en que se nace, y el momento en que…

Eclesiastés 4

1 Dirigí entonces la mirada hacia tanta violencia que se comete bajo el sol, y pude ver que los oprimidos lloran y no hay quien los consuele; y no hay…

Eclesiastés 5

No hagas votos a la ligera 1 Cuando vayas a la casa de Dios, refrena tus pasos. En vez de acercarte para ofrecer sacrificios de gente necia, que no sabe…

Eclesiastés 6

1 También he visto bajo el cielo un mal terrible y muy común entre los hombres: 2 hay gente a la que Dios le da riquezas, bienes y honra, y…

Eclesiastés 7

La sabiduría y la insensatez 1 Es mejor gozar de buena fama que gozar de un buen perfume. Es mejor el día en que se muere que el día en…

Eclesiastés 8

1 No hay nada como ser sabio. No hay nada como saber explicarlo todo. La sabiduría ilumina el rostro del hombre y cambia su semblante hosco. 2 Te aconsejo cumplir…

Eclesiastés 9

1 A todo esto dirigí mi atención, para concluir lo siguiente: Que la gente sabia y honrada está en las manos de Dios, lo mismo que sus obras, pero que…

Eclesiastés 10

Excelencia de la sabiduría 1 El mal olor de una mosca muerta echa a perder el mejor perfume. La tontería más pequeña afecta el prestigio de quien es sabio y…